INTRODUCCIÓN Contaminación
atmosférica, contaminación de la atmósfera por residuos o productos secundarios
gaseosos, sólidos o líquidos, que pueden poner en peligro la salud del hombre
y la salud y bienestar de las plantas y animales, atacar a distintos materiales,
reducir la visibilidad o producir olores desagradables. Entre los contaminantes
atmosféricos emitidos por fuentes naturales, sólo el radón, un gas radiactivo,
es considerado un riesgo importante para la salud. Subproducto de la desintegración
radiactiva de minerales de uranio contenidos en ciertos tipos de roca, el radón
se filtra en los sótanos de las casas construidas sobre ella. Se da el caso, y
según recientes estimaciones del gobierno de Estados Unidos, de que un 20% de
los hogares del país contienen concentraciones de radón suficientemente elevadas
como para representar un riesgo de cáncer de pulmón.
Cada año, los países industriales
generan miles de millones de toneladas de contaminantes. Los contaminantes atmosféricos
más frecuentes y más ampliamente dispersos se describen en la tabla adjunta. El
nivel suele expresarse en términos de concentración atmosférica (microgramos de
contaminantes por metro cúbico de aire) o, en el caso de los gases, en partes
por millón, es decir, el número de moléculas de contaminantes por millón de moléculas
de aire. Muchos contaminantes proceden de fuentes fácilmente identificables; el
dióxido de azufre, por ejemplo, procede de las centrales energéticas que queman
carbón o petróleo. Otros se forman por la acción de la luz solar sobre materiales
reactivos previamente emitidos a la atmósfera (los llamados precursores). Por
ejemplo, el ozono, un peligroso contaminante que forma parte del smog, se produce
por la interacción de hidrocarburos y óxidos de nitrógeno bajo la influencia de
la luz solar. El ozono ha producido también graves daños en las cosechas. Por
otra parte, el descubrimiento en la década de 1980 de que algunos contaminantes
atmosféricos, como los clorofluorocarbonos (CFC), están produciendo una disminución
de la capa de ozono protectora del planeta ha conducido a una supresión paulatina
de estos productos. METEOROLOGÍA Y
EFECTOS SOBRE LA SALUD La concentración
de los contaminantes se reduce al dispersarse éstos en la atmósfera, proceso que
depende de factores climatológicos como la temperatura, la velocidad del viento,
el movimiento de sistemas de altas y bajas presiones y la interacción de éstos
con la topografía local, por ejemplo las montañas y valles. La temperatura suele
decrecer con la altitud, pero cuando una capa de aire frío se asienta bajo una
capa de aire caliente produciendo una inversión térmica, la mezcla atmosférica
se retarda y los contaminantes se acumulan cerca del suelo. Las inversiones pueden
ser duraderas bajo un sistema estacionario de altas presiones unido a una baja
velocidad del viento. Un periodo de
tan sólo tres días de escasa mezcla atmosférica puede llevar a concentraciones
elevadas de productos peligrosos en áreas de alta contaminación y, en casos extremos,
producir enfermedades e incluso la muerte. En 1948 una inversión térmica sobre
Donora, Pennsylvania, produjo enfermedades respiratorias en más de 6.000 personas
ocasionando la muerte de veinte de ellas. En Londres, la contaminación segó entre
3.500 y 4.000 vidas en 1952, y otras 700 en 1962. La liberación de isocianato
de metilo a la atmósfera durante una inversión térmica fue la causa del desastre
de Bhopâl, India, en diciembre de 1984, que produjo al menos 3.300 muertes y más
de 20.000 afectados. Los efectos de la exposición a largo plazo a bajas concentraciones
de contaminantes no están bien definidos; no obstante, los grupos de riesgo son
los niños, los ancianos, los fumadores, los trabajadores expuestos al contacto
con materiales tóxicos y quienes padecen enfermedades pulmonares o cardiacas.
Otros efectos adversos de la contaminación atmosférica son los daños que pueden
sufrir el ganado y las cosechas. A
menudo los primeros efectos perceptibles de la contaminación son de naturaleza
estética y no son necesariamente peligrosos. Estos efectos incluyen la disminución
de la visibilidad debido a la presencia de diminutas partículas suspendidas en
el aire, y los malos olores, como la pestilencia a huevos podridos producida por
el sulfuro de hidrógeno que emana de las fábricas de papel y celulosa.
FUENTES Y CONTROL La
combustión de carbón, petróleo y gasolina es el origen de buena parte de los contaminantes
atmosféricos. Más de un 80% del dióxido de azufre, un 50% de los óxidos de nitrógeno,
y de un 30 a un 40% de las partículas en suspensión emitidos a la atmósfera en
Estados Unidos proceden de las centrales eléctricas que queman combustibles fósiles,
las calderas industriales y las calefacciones. Un 80% del monóxido de carbono
y un 40% de los óxidos de nitrógeno e hidrocarburos emitidos proceden de la combustión
de la gasolina y el gasóleo en los motores de los coches y camiones. Otras importantes
fuentes de contaminación son la siderurgia y las acerías, las fundiciones de cinc,
plomo y cobre, las incineradoras municipales, las refinerías de petróleo, las
fábricas de cemento y las fábricas de ácido nítrico y sulfúrico. Entre
los materiales que participan en un proceso químico o de combustión puede haber
ya contaminantes (como el plomo de la gasolina), o éstos pueden aparecer como
resultado del propio proceso. El monóxido de carbono, por ejemplo, es un producto
típico de los motores de explosión. Los métodos de control de la contaminación
atmosférica incluyen la eliminación del producto peligroso antes de su uso, la
eliminación del contaminante una vez formado, o la alteración del proceso para
que no produzca el contaminante o lo haga en cantidades inapreciables. Los contaminantes
producidos por los automóviles pueden controlarse consiguiendo una combustión
lo más completa posible de la gasolina, haciendo circular de nuevo los gases del
depósito, el carburador y el cárter, y convirtiendo los gases de escape en productos
inocuos por medio de catalizadores. Las partículas emitidas por las industrias
pueden eliminarse por medio de ciclones, precipitadores electrostáticos y filtros.
Los gases contaminantes pueden almacenarse en líquidos o sólidos, o incinerarse
para producir sustancias inocuas. EFECTOS
A GRAN ESCALA Las altas chimeneas
de las industrias no reducen la cantidad de contaminantes, simplemente los emiten
a mayor altura, reduciendo así su concentración in situ. Estos contaminantes pueden
ser transportados a gran distancia y producir sus efectos adversos en áreas muy
alejadas del lugar donde tuvo lugar la emisión. El pH o acidez relativa de muchos
lagos de agua dulce se ha visto alterado hasta tal punto que han quedado destruidas
poblaciones enteras de peces. En Europa se han observado estos efectos, y así,
por ejemplo, Suecia ha visto afectada la capacidad de sustentar peces de muchos
de sus lagos. Las emisiones de dióxido de azufre y la subsiguiente formación de
ácido sulfúrico pueden ser también responsables del ataque sufrido por las calizas
y el mármol a grandes distancias. El
creciente consumo de carbón y petróleo desde finales de la década de 1940 ha llevado
a concentraciones cada vez mayores de dióxido de carbono. El efecto invernadero
resultante, que permite la entrada de la energía solar, pero reduce la reemisión
de rayos infrarrojos al espacio exterior, genera una tendencia al calentamiento
que podría afectar al clima global y llevar al deshielo parcial de los casquetes
polares. Es concebible que un aumento de la cubierta nubosa o la absorción del
dióxido de carbono por los océanos pudieran poner freno al efecto invernadero
antes de que se llegara a la fase del deshielo polar. No obstante, los informes
publicados en la década de 1980 indican que el efecto invernadero es un hecho
y que las naciones del mundo deberían tomar medidas inmediatamente para ponerle
solución. MEDIDAS GUBERNAMENTALES Muchos
países tienen normas sobre la calidad del aire con respecto a las sustancias peligrosas
que pueda contener. Estas normativas marcan los niveles máximos de concentración
que permiten garantizar la salud pública. También se han establecido normas para
limitar las emisiones contaminantes del aire que producen las diferentes fuentes
de contaminación. Sin embargo, la naturaleza de este problema no podrá resolverse
sin un acuerdo internacional. En marzo de 1985, en una convención auspiciada por
las Naciones Unidas, 49 países acordaron proteger la capa de ozono. En el Protocolo
de Montreal, renegociado en 1990, se solicita la eliminación progresiva de ciertos
clorocarbonos y fluorocarbonos antes del año 2000 y ofrece ayuda a los países
en vías de desarrollo para realizar esta transición. PRINCIPALES
CONTAMINANTES ATMOSFERICOS Monóxido
de carbono (CO) Gases de escape de
vehículos de motor; algunos procesos industriales Máximo
permitido: 10 mg/m3 (9 ppm) en 8 hr; 40 mg/m3 en 1 hr (35 ppm) Dióxido
de azufre (SO2) Instalaciones generadoras
de calor y electricidad que utilizan petróleo o carbón con contenido sulfuroso;
plantas de ácido sulfúrico Máximo
permitido: 80 µg/m3 (0,03 ppm) en un año; 365 µg/m3 en 24 hr (0,14 ppm) Partículas
en suspensión Gases de escape de vehículos
de motor; procesos industriales; incineración de residuos; generación de calor
y electricidad; reacción de gases contaminantes en la atmósfera Máximo
permitido: 75 µg/m3 en un año; 260 µg/m3 en 24 hr; compuesto de carbón, nitratos,
sulfatos y numerosos metales, como el plomo, el cobre, el hierro y el cinc Plomo
(Pb) Gases de escape de vehículos
de motor, fundiciones de plomo; fábricas de baterías Máximo
permitido: 1,5 µg/m3 en 3 meses; la mayor parte del plomo contenido en partículas
en suspensión Óxidos de nitrógeno
(NO, NO2) Gases de escape de vehículos
de motor; generación de calor y electricidad; ácido nítrico; explosivos; fábricas
de fertilizantes Máximo permitido:
100 µg/m3 (0,05 ppm) en un año para el NO2; reacciona con hidrocarburos y luz
solar para formar oxidantes fotoquímicos Oxidantes
fotoquímicos (fundamentalmente ozono [O3]; también nitrato Se
forman en la atmósfera como reacción a los óxidos de nitrógenos, hidrocarburos
y luz solar Máximo permitido: 235
µg/m3 (0,12 ppm) en 1 hr Hidrocarburos
no metánicos (incluye etano, etileno, propano, butanos, pentanos, acetileno) Gases
de escape de vehículos de motor; evaporación de disolventes; procesos industriales;
eliminación de residuos sólidos; combustión de combustibles Reacciona
con los óxidos de nitrógeno y la luz solar para formar oxidantes fotoquímicos Dióxido
de carbono (CO2) Todas las fuentes
de combustión Posiblemente perjudicial
para la salud en concentraciones superiores a 5000 ppm en 2-8 hr; los niveles
atmosféricos se han incrementado desde unas 280 ppm hace un siglo a más de 350
ppm en la actualidad; probablemente esta tendencia esté contribuyendo a la generación
del efecto invernadero CONTAMINACIÓN
DEL AGUA INTRODUCCIÓN Contaminación
del agua, incorporación al agua de materias extrañas, como microorganismos, productos
químicos, residuos industriales y de otros tipos, o aguas residuales. Estas materias
deterioran la calidad del agua y la hacen inútil para los usos pretendidos. PRINCIPALES
CONTAMINANTES Los principales contaminantes
del agua son los siguientes: *Aguas
residuales y otros residuos que demandan oxígeno (en su mayor parte materia orgánica,
cuya descomposición produce la desoxigenación del agua). *Agentes
infecciosos. *Nutrientes vegetales
que pueden estimular el crecimiento de las plantas acuáticas. Éstas, a su vez,
interfieren con los usos a los que se destina el agua y, al descomponerse, agotan
el oxígeno disuelto y producen olores desagradables. *Productos
químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias
tensioactivas contenidas en los detergentes, y los productos de la descomposición
de otros compuestos orgánicos. *Petróleo,
especialmente el procedente de los vertidos accidentales. *Minerales
inorgánicos y compuestos químicos. *Sedimentos
formados por partículas del suelo y minerales arrastrados por las tormentas y
escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos sin protección, las explotaciones
mineras, las carreteras y los derribos urbanos. *Sustancias
radiactivas procedentes de los residuos producidos por la minería y el refinado
del uranio y el torio, las centrales nucleares y el uso industrial, médico y científico
de materiales radiactivos. *El calor
también puede ser considerado un contaminante cuando el vertido del agua empleada
para la refrigeración de las fábricas y las centrales energéticas hace subir la
temperatura del agua de la que se abastecen. EFECTOS
DE LA CONTAMINACIÓN DEL AGUA Los
efectos de la contaminación del agua incluyen los que afectan a la salud humana.
La presencia de nitratos (sales del ácido nítrico) en el agua potable puede producir
una enfermedad infantil que en ocasiones es mortal. El cadmio presente en los
fertilizantes derivados del cieno o lodo puede ser absorbido por las cosechas;
de ser ingerido en cantidad suficiente, el metal puede producir un trastorno diarreico
agudo, así como lesiones en el hígado y los riñones. Hace tiempo que se conoce
o se sospecha de la peligrosidad de sustancias inorgánicas, como el mercurio,
el arsénico y el plomo. Los lagos
son especialmente vulnerables a la contaminación. Hay un problema, la eutrofización,
que se produce cuando el agua se enriquece de modo artificial con nutrientes,
lo que produce un crecimiento anormal de las plantas. Los fertilizantes químicos
arrastrados por el agua desde los campos de cultivo pueden ser los responsables.
El proceso de eutrofización puede ocasionar problemas estéticos, como mal sabor
y olor, y un cúmulo de algas o verdín desagradable a la vista, así como un crecimiento
denso de las plantas con raíces, el agotamiento del oxígeno en las aguas más profundas
y la acumulación de sedimentos en el fondo de los lagos, así como otros cambios
químicos, tales como la precipitación del carbonato de calcio en las aguas duras.
Otro problema cada vez más preocupante es la lluvia ácida, que ha dejado muchos
lagos del norte y el este de Europa y del noreste de Norteamérica totalmente desprovistos
de vida. FUENTES Y CONTROL Las
principales fuentes de contaminación acuática pueden clasificarse como urbanas,
industriales y agrícolas. La contaminación
urbana está formada por las aguas residuales de los hogares y los establecimientos
comerciales. Durante muchos años, el principal objetivo de la eliminación de residuos
urbanos fue tan sólo reducir su contenido en materias que demandan oxígeno, sólidos
en suspensión, compuestos inorgánicos disueltos (en especial compuestos de fósforo
y nitrógeno) y bacterias dañinas. En los últimos años, por el contrario, se ha
hecho más hincapié en mejorar los medios de eliminación de los residuos sólidos
producidos por los procesos de depuración. Los principales métodos de tratamiento
de las aguas residuales urbanas tienen tres fases: el tratamiento primario, que
incluye la eliminación de arenillas, la filtración, el molido, la floculación
(agregación de los sólidos) y la sedimentación; el tratamiento secundario, que
implica la oxidación de la materia orgánica disuelta por medio de lodo biológicamente
activo, que seguidamente es filtrado; y el tratamiento terciario, en el que se
emplean métodos biológicos avanzados para la eliminación del nitrógeno, y métodos
físicos y químicos, tales como la filtración granular y la adsorción por carbono
activado. La manipulación y eliminación de los residuos sólidos representa entre
un 25 y un 50% del capital y los costes operativos de una planta depuradora. Las
características de las aguas residuales industriales pueden diferir mucho tanto
dentro como entre las empresas. El impacto de los vertidos industriales depende
no sólo de sus características comunes, como la demanda bioquímica de oxígeno,
sino también de su contenido en sustancias orgánicas e inorgánicas específicas.
Hay tres opciones (que no son mutuamente excluyentes) para controlar los vertidos
industriales. El control puede tener lugar allí donde se generan dentro de la
planta; las aguas pueden tratarse previamente y descargarse en el sistema de depuración
urbana; o pueden depurarse por completo en la planta y ser reutilizadas o vertidas
sin más en corrientes o masas de agua. La
agricultura, la ganadería comercial y las granjas avícolas, son la fuente de muchos
contaminantes orgánicos e inorgánicos de las aguas superficiales y subterráneas.
Estos contaminantes incluyen tanto sedimentos procedentes de la erosión de las
tierras de cultivo como compuestos de fósforo y nitrógeno que, en parte, proceden
de los residuos animales y los fertilizantes comerciales. Los residuos animales
tienen un alto contenido en nitrógeno, fósforo y materia consumidora de oxígeno,
y a menudo albergan organismos patógenos. Los residuos de los criaderos industriales
se eliminan en tierra por contención, por lo que el principal peligro que representan
es el de la filtración y las escorrentías. Las medidas de control pueden incluir
el uso de depósitos de sedimentación para líquidos, el tratamiento biológico limitado
en lagunas aeróbicas o anaeróbicas, y toda una serie de métodos adicionales. CONTAMINACIÓN
MARINA Los vertidos que llegan directamente
al mar contienen sustancias tóxicas que los organismos marinos absorben de forma
inmediata. Además forman importantes depósitos en los ríos que suponen a su vez
un desarrollo enorme de nuevos elementos contaminantes y un crecimiento excesivo
de organismos indeseables. Estos depósitos proceden de las estaciones depuradoras,
de los residuos de dragados (especialmente en los puertos y estuarios), de las
graveras, de los áridos, así como de una gran variedad de sustancias tóxicas orgánicas
y químicas. VERTIDOS DE PETRÓLEO (MAREAS
NEGRAS) Las descargas accidentales
y a gran escala de petróleo líquido son una importante causa de contaminación
de las costas. Los casos más espectaculares de contaminación por crudos suelen
estar a cargo de los superpetroleros empleados para transportarlos, pero hay otros
muchos barcos que vierten también petróleo, y la explotación de las plataformas
petrolíferas marinas supone también una importante aportación de vertidos. Se
estima que de cada millón de toneladas de crudo embarcadas se vierte una tonelada.
Entre las mayores mareas negras registradas hasta el momento se encuentran la
producida por el petrolero Amoco Cádiz frente a las costas francesas en 1978 (1,6
millones de barriles de crudo) y la producida por el pozo petrolífero Ixtoc I
en el golfo de México en 1979 (3,3 millones de barriles). El vertido de 240.000
barriles por el petrolero Exxon Valdez en el Prince William Sound, en el golfo
de Alaska, en marzo de 1989, produjo, en el plazo de una semana, una marea negra
de 6.700 km2, que puso en peligro la vida silvestre y las pesquerías de toda el
área. Por el contrario, los 680.000 barriles vertidos por el Braer frente a la
costa de las islas Shetland en enero de 1993 se dispersaron en pocos días por
acción de las olas propias de unas tormentas excepcionalmente fuertes. Los
vertidos de petróleo acaecidos en el golfo Pérsico en 1983, durante el conflicto
Irán-Irak, y en 1991, durante la Guerra del Golfo, en los que se liberaron hasta
8 millones de barriles de crudo, produjeron enormes daños en toda la zona, sobre
todo por lo que se refiere a la vida marina. AGUA
REGIA Agua regia (del latín aqua regia,
'agua real'), mezcla de los ácidos clorhídrico y nítrico concentrados, que contiene
en volumen una parte de ácido nítrico (HNO 3) por tres partes de ácido clorhídrico
(HCl). El agua regia se usaba a menudo en alquimia y su nombre proviene de su
capacidad de disolver los llamados metales nobles, particularmente el oro, que
son inertes a cualquiera de los ácidos usados por separado. Aún se usa ocasionalmente
en los laboratorios de química para disolver oro y platino. El agua regia es un
disolvente poderoso debido al efecto combinado de los iones H+, NO3-, y Cl- en
disolución. Los tres iones reaccionan con los átomos del oro, por ejemplo, para
formar agua, óxido nítrico o monóxido de nitrógeno (NO) y el ion estable AuCl-4,
que permanece en disolución. CORROSIÓN Corrosión,
desgaste total o parcial que disuelve o ablanda cualquier sustancia por reacción
química o electroquímica con el medio ambiente. El término corrosión se aplica
a la acción gradual de agentes naturales, como el aire o el agua salada sobre
los metales. El ejemplo más familiar
de corrosión es la oxidación del hierro, que consiste en una compleja reacción
química en la que el hierro se combina con oxígeno y agua para formar óxido de
hierro hidratado. Este óxido, conocido como orín o herrumbre, es un sólido que
mantiene la misma forma general que el metal del que se ha formado, pero con un
aspecto poroso, algo más voluminoso, y relativamente débil y quebradizo. Hay
tres métodos para evitar la oxidación del hierro : (1) mediante aleaciones del
hierro que lo convierten en químicamente resistente a la corrosión; (2) impregnándolo
con materiales que reaccionen a las sustancias corrosivas más fácilmente que el
hierro, quedando éste protegido al consumirse aquéllas; y (3) recubriéndolo con
una capa impermeable que impida el contacto con el aire y el agua. El método de
la aleación es el más satisfactorio pero también el más caro. Un buen ejemplo
de ello es el acero inoxidable, una aleación de hierro con cromo o con níquel
y cromo. Esta aleación está totalmente a prueba de oxidación e incluso resiste
la acción de productos químicos corrosivos como el ácido nítrico concentrado y
caliente. El segundo método, la protección con metales activos, es igualmente
satisfactorio pero también costoso. El ejemplo más frecuente es el hierro galvanizado
que consiste en hierro cubierto con cinc. En presencia de soluciones corrosivas
se establece un potencial eléctrico entre el hierro y el cinc, que disuelve éste
y protege al hierro mientras dure el cinc. El tercer método, la protección de
la superficie con una capa impermeable, es el más barato y por ello el más común.
Este método es válido mientras no aparezcan grietas en la capa exterior, en cuyo
caso la oxidación se produce como si no existiera dicha capa. Si la capa protectora
es un metal inactivo, como el cromo o el estaño, se establece un potencial eléctrico
que protege la capa, pero que provoca la oxidación acelerada del hierro. Los recubrimientos
más apreciados son los esmaltes horneados, y los menos costosos son las pinturas
de minio de plomo. Algunos metales
como el aluminio, aunque son muy activos químicamente, no suelen sufrir corrosión
en condiciones atmosféricas normales. Generalmente el aluminio se corroe con facilidad,
formando en la superficie del metal una fina capa continua y transparente que
lo protege de una corrosión acelerada. El plomo y el cinc, aunque son menos activos
que el aluminio, están protegidos por una película semejante de óxido. El cobre,
comparativamente inactivo, se corroe lentamente con el agua y el aire en presencia
de ácidos débiles como la disolución de dióxido de carbono en agua -que posee
propiedades ácidas-, produciendo carbonato de cobre básico, verde y poroso. Los
productos de corrosión verdes, conocidos como cardenillo o pátina, aparecen en
aleaciones de cobre como el bronce y el latón, o en el cobre puro, y se aprecian
con frecuencia en estatuas y techos ornamentales. Los
metales llamados nobles son tan inactivos químicamente que no sufren corrosión
atmosférica. Entre ellos se encuentran el oro, la plata y el platino. La combinación
de agua, aire y sulfuro de hidrógeno afecta a la plata, pero la cantidad de sulfuro
de hidrógeno normalmente presente en la atmósfera es tan escasa que el grado de
corrosión es insignificante, apareciendo únicamente un ennegrecimiento causado
por la formación de sulfuro de plata. Este fenómeno puede apreciarse en las joyas
antiguas y en las cuberterías de plata. La
corrosión en los metales supone un problema mayor que en otros materiales. El
vidrio se corroe con soluciones altamente alcalinas, y el hormigón con aguas ricas
en sulfatos. La resistencia a la corrosión del vidrio y del hormigón puede incrementarse
mediante cambios en su composición. SALITRE Salitre
o Nitro, mineral blanco, translúcido y brillante compuesto por nitrato de potasio,
KNO3. Cristaliza en el sistema ortorrómbico en prismas que tienen una dureza de
2, una densidad relativa de 2,1 y que presentan una segmentación en forma de cúpula.
El mineral forma costras delgadas en las superficies de las rocas y en las paredes
de piedra, y es un componente del horizonte superficial de algunos suelos en España,
Irán, Egipto y la India. El salitre tiene importancia comercial como fertilizante
y conservante alimenticio, para fabricar vidrio, y en algunas medicinas como diurético.
Antiguamente se utilizaba en la fabricación de pólvora y hoy se emplea en explosivos,
fuegos artificiales (cohetes) y fósforos, así como en los fundentes utilizados
en metalurgia. Es importante como fuente de nitrógeno en la fabricación de compuestos
nitrogenados, en particular ácido nítrico, y como agente oxidante en muchos procesos
químicos industriales.
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