Se reunieron un día las liebres y se lamentaban entre sí de
llevar una vida tan precaria y temerosa, pues, en efecto, ¿No eran víctimas
de los hombres, de los perros, de las águilas, y otros muchos animales ?
¡ Más valía morir de una vez que vivir en el terror ! Tomada esta resolución,
se lanzaron todas al mismo tiempo a un estanque para morir en él ahogadas.
Pero las ranas, que estaban sentadas alrededor del estanque, en cuanto
oyeron el ruido de su carrera, saltaron asustadas al agua. Entonces una de
las liebres, la que parecía más inteligente que las demás, dijo: -- ¡ Alto
compañeras ! No hay que apurarse tanto, pues ya véis que aún hay otros más
miedosos que nosotras ! El consuelo de los desgraciados es encontrar
otros en peores
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