Platón
hace dos afirmaciones: 1. Todos los Estados actuales están sin excepción mal gobernados.
2. Por tanto, se exige una reforma radical.Platón pone en práctica el proyecto
de un saber indubitable. Establece la tesis según la cual la definición del orden
de la Ciudad justa supone una ciencia de lo político, que forma parte de un Saber
más vasto, el de lo que es verdad. La reforma radical se propone realizar Platón
convierte a la Filosofía en una pedagogía de la verdad o en una pedagogía verdadera
que es lo mismo. Esta pedagogía es política.
El "verdadero político"
es aquel que educa a sus conciudadanos en la verdad, en la constante superación
de la apariencia, en la que constantemente se encuentran; por lo tanto, el verdadero
político es también el filósofo. La reforma radical pasa entonces por el estudio
de la filosofía de la cual depende "el obtener una visión perfecta y total de
lo que es justo". El sabio ha de gobernar o el que gobierna ha de ser sabio. Esto
nos lleva a criticar la democracia régimen en el cual todas las opiniones son
equivalentes. Sistema de gobierno de la doxa, de la opinión, que presupone que
la verdad absoluta no existe o es imposible de encontrarse, tesis esta que va
contra la tesis básica de la filosofía platónica: que existe la verdad absoluta
y que es posible conocerla. Igualmente, el rechazo de la democracia presupone
la refutación de los principios sobre los que se funda tal régimen, principios
de los que los sofistas fueron portavoces. Ninguno de los regímenes existentes
satisfizo a Platón. La democracia es el reino de los sofistas, que en lugar de
ilustrar al pueblo, se contentan con estudiar su comportamiento y con erigir en
valores morales sus apetitos. La política de estos demagogos no es más que el
registro del hecho, el reflejo de las pasiones de la masa. Por consiguiente,
la primera tentativa del filósofo es constituir en ciencia la moral y la política,
las cuales coinciden en su motor común, el Bien, que no es diferente de la Verdad;
así como sustraer la política del empirismo para vincularla a valores eternos.
que las fluctuaciones del devenir no perturben. Hay que reencontrar la definición
de esa virtud que los sofistas pretendían conocer y enseñar; de esa virtud que
Sócrates sabía que no hay que confundir con la moneda sin valor de las virtudes
en uso. La ciencia política debe volver a encontrar las leyes ideales. Por consiguiente,
forma una unidad con la filosofía; la política no será ciencia más que cuando
los reyes sean filósofos. Se comprende: Platón rechaza todos los regímenes existentes.
Su posición es radical. Se trata de construir un régimen que escape al devenir.
Se trata de definir las condiciones en las que un régimen es perfecto e indestructible.
De esta forma, el problema central de la República es el de la Justicia, individual
o colectiva (todo es uno).
La política se mide
en relación con la idea de Justicia, que no es sino la Verdad y el Bien aplicados
al comportamiento social. Platón funda la política como ciencia deduciéndola de
la Justicia. Y no ciertamente como descripción objetiva de los fenómenos políticos,
sino como estudio normativo de los principios teóricos del gobierno de los hombres.
Uno de los supuestos de la política platónica estriba en la tesis afirmada en
el Libro I de la República, de que el hombre injusto es más infeliz que el justo
o que la injusticia es fuente de infelicidad; si no se define previamente en qué
consisten la injusticia y la justicia como cualidades del alma resulta absurdo
continuar insistiendo en tal tesis. De tal manera podemos afirmar que la República
plantea la pregunta ¿Qué es la justicia? Y ello tanto en lo que se refiere al
individuo como a la sociedad. Para analizar la justicia en el individuo hay que
estudiarla primero en el Estado, en la polis. Hay una correlación estructural
entre el individuo y la polis. La justicia es una virtud o excelencia. Hay que
conocer la naturaleza y estructura del Estado. Para ello, Sócrates propone construir
idealmente una Ciudad, de modo que así será posible asistir al surgimiento sucesivo
de los elementos o partes que la integran. La Ciudad surge como respuesta a la
incapacidad de cada individuo para satisfacer por sí mismo sus propias necesidades.
Por consiguiente, para que haya Ciudad se necesita en 1º lugar, una pluralidad
de individuos que atiendan a las necesidades más elementales de la vida humana,
alimento, vestido, vivienda y luego otras necesidades más elementales. Todos estos
oficios componen la base económica de la ciudad y el conjunto de los individuos
que los ejercen forman el grupo o la clase económicamente productiva, la que subviene
a las necesidades de la sociedad, la clase de los productores. El desarrollo de
la polis hasta ciertas formas de abundancia y refinamiento hace necesario 2º,
el surgimiento de una nueva clase o grupo social: el dedicado específicamente
al mantenimiento de la convivencia social, del orden público, a la ampliación
del territorio y, en general, a la defensa de éste y de la ciudad frente a las
agresiones exteriores y los desórdenes internos. Este grupo lo constituyen los
guardianes. Este ejército es profesional. Los guardianes han de ser escogidos
de entre aquellos ciudadanos que posean aptitudes especiales para ello (fuerza,
rapidez, valentía, amor a la verdad) y habrán de ser educados y entrenados cuidadosamente
con vistas a la función que deberán desempeñar. Las tareas de gobierno han de
asignarse específicamente a un grupo social. Un grupo especial de ciudadanos tendrán
que gobernar. Estos se reclutarán de entre los guardianes y serán los mejores
de ellos. Así queda establecida una diferencia entre auxiliares {ejército}/ gobernantes{guardias
perfectos}. El hombre es triple, compuesto de razón, de pasiones generosas y de
deseos inferiores, pero en proporción variable. En cada uno de los regímenes mencionados
predominan una o dos de las últimas categorías bajo el control y la soberanía
de la razón. A cada uno de estos regímenes corresponde, pues, un tipo de hombre;
de forma que construir la Ciudad ideal y realizar tipos de hombres acabados es
un mismo y único asunto: para obtener un hombre justo es preciso construir una
Ciudad justa. Su Ciudad no estará formada por una población homogénea, sino por
tres clases netamente distintas y cuya cohabitación realizará una especie de perfección.
La primera clase es la de los jefes y tiene como virtud propia la sabiduría; la
segunda es la de los auxiliares o guerreros, dotados de valor, y la tercera es
la de los artesanos o labradores -tanto patronos como obreros-, que necesita la
templanza y debe saber resistir a los apetitos. Dicho de otra forma, cada clase
representa un aspecto del alma y el conjunto de la Ciudad representa el alma entera.
De esta forma la Ciudad es justa porque cada parte cumple su función en ella;
y los ciudadanos son justos en la medida de su participación justa en una Ciudad
justa. Mirando atentamente, no cabe decir que cada ciudadano realice en sí la
totalidad de la perfección humana. Participa en la perfección en cuanto elemento
de un conjunto que -este sí- es perfecto. Platón nos ofrece una sociedad, a la
vez jerarquizada y unificada. Y en el fondo esto explica la construcción platónica.
Se trata de formar una Ciudad que forme una unidad política y moral. Por otro
lado está absolutamente convencido de que los hombres no están igualmente dotados
por la naturaleza. Para combinar la exigencia de uniformidad y el dato de la diversidad.
Platón se ve conducido a concebir una especie de unidad funcional en la que cada
parte, diferenciada como órgano, desempeñaría su papel separadamente, pero en
interés común. Una educación estricta, dispensada por el Estado, está destinada
a formar esta elite intelectual. Para conseguir la armonía y la justicia de esta
ciudad platónica, es necesaria una educación gimnástica y musical para la formación
del alma. La política es una especialización, ya que no debe confiarse más que
a gentes preparadas para ello. Pero esta educación, no es, en realidad, otra cosa
que una educación de la razón. La ciencia política es, en muchos aspectos, la
ciencia sin más, la de la verdad y el bien, o sea, la razón iluminada en la debida
forma. Para garantizar esto se toman precauciones. Deben tomarse dos medidas para
impedir que el individuo se aísle y que se abran paso las divisiones: 1º Según
Platón, las mujeres pueden, en la sociedad de los guardianes, tener idéntico papel
en las actividades públicas que los hombres, recibiendo para ello la misma educación.
Se suprimen los vínculos matrimoniales y se instituye la comunidad mujeres, siendo
los magistrados quienes regulan las uniones y fijan el tiempo de procreación.
El Estado educa en común a los niños; 2º Los guardianes no tienen derecho de propiedad
individual. De este modo la clase dirigente forma una sola familia. Liberado el
individuo de toda atadura personal, se asocia directamente al Estado. La unificación
de la sociedad es total. Este rasgo termina de dar a la República su carácter
utópico 2. A. Explique la división aristotélica de los regímenes políticos y sus
características.La constitución es la que determina en todas partes la organización
del Estado en relación con las magistraturas, principalmente la soberana, el soberano
es siempre el gobierno, por lo que es la constitución misma.Se pueden diferenciar
dos tipos de constituciones, según el interés que persigan, pueden ser: Constituciones
puras: son las hechas en vistas del interés general, son puras porque practican
rigurosamente la justicia Constituciones impuras: sólo tienen en cuenta el interés
personal de los gobernantes, no son más que una corrupción de las buenas constituciones,
están viciadas. Aristóteles divide las formas de gobierno en puras e impuras,
que son las deformaciones de las formas puras, según persigan el interés de uno
o muchos. Así, encuentra dentro de las formas puras de gobierno: La Monarquía:
que es el gobierno de uno sólo. La Aristocracia: que es el gobierno de una minoría
conformada por hombres de bien. La República: que es el gobierno de la mayoría
Y dentro de las formas impuras, están: La Tiranía: que es la que tiene como fin
el interés personal del monarca. La Oligarquía: que es la que tiene como fin el
bien personal de los ricos. La Demagogia: que tiene como fin el bien particular
de los pobres. El fin del Estado debe ser siempre, no sólo la existencia material
de todos los asociados, sino también su felicidad y su virtud, siendo ésta última
la de primer cuidado dentro del Estado, para que la asociación política no se
convierta en una alianza militar, ni la ley en una mera convención. La ciudad
es la asociación del bienestar y de la virtud, para el bien de las familias y
las diversas clases de habitantes, para alcanzar una existencia que se baste a
sí misma. Si dentro de la ciudad hay algún ciudadano, o muchos, que tengan tal
superioridad de méritos que los demás ciudadanos no puedan competir con el suyo,
siendo la influencia política de estos individuos, incomparablemente más fuerte,
no pueden ser confundidos en la masa de la ciudad, porque reducirlos a iguales
sería cometerles una injuria, ya que podría decirse que son dioses ente los hombres.
La ley no se ha hecho para seres superiores, sino que ellos mismos son considerados
la ley, sería ridículo intentar someterlos a la constitución. Esto es considerado
causa de Ostracismo en otros estados, principalmente en los democráticos, donde
se cuida la igualdad entre todos los ciudadanos, cuidando que ninguno sobrepase
en poder al otro, pero lo que se debe hacer en estos casos es tomar a esto como
rey mientras viva. En todos los casos, es preferible que la soberanía resida en
la ley positiva, que en algún ciudadano, ya que el hombre se corrompe ante el
atractivo del instinto y las pasiones del corazón cuando se encuentra en el poder.
La ley, en cambio, "es la inteligencia sin ciegas pasiones". En todo régimen,
la primera desviación de la forma original de organización será la peor. Por ejemplo:
en la monarquía, la desviación que más se aleja al gobierno constitucional es
la tiranía, en segundo lugar viene la oligarquía que es la que se aleja de la
forma aristocrática y por último, como la desviación más moderada, se encuentra
la democracia. Aunque todas estas formas son erradas, ya que no hay una mejor,
sino una menos mala. La causa de que se encuentren distintas formas de gobierno
es que todas las ciudades están conformadas por familias ricas, que poseen armas,
pobres, que no las poseen y otras de clase media, también hay campesinos, comerciantes
y obreros. Es decir que hay distinciones por las riquezas, por las propiedades
y por nacimiento o virtud, que son las que constituyen los elementos de la ciudad,
con lo que necesariamente habrá pluralidad de gobiernos, en referencia a los arreglos
que se hagan entre las partes superiores e inferiores dentro de la comunidad,
siendo oligárquicas o despóticas las más tensas, y democráticas las más relajadas
y suaves, existentes sólo cuando son los hombres libres los que ejercen la soberanía,
que sólo por casualidad resultan de ser la mayoría. Las ciudades no están compuestas
de una, sino de muchas partes: los labradores, los obreros, los comerciantes,
los jornaleros y la clase militar, cuya existencia es no menos indispensable,
pero debe haber aún alguien que administre el derecho, que desempeñe la justicia
judicial y una clase deliberativa (que corresponde a la prudencia política), pero
no es al caso que estas funciones se encuentren en la misma persona o en personas
separadas. Se encuentran otras clases como la de los funcionarios públicos, quienes
administran las magistraturas en la ciudad, ya sea de manera continua o por turnos,
la clase que delibera y la que juzga sobre los derechos de los litigantes, que
deben ser desempeñadas por hombres dotados de virtud en manera política. La primera
forma de democracia, es la que hace que los ricos no tengan preeminencia sobre
los pobres, o viceversa, haciendo consistir la igualdad de manera que ambas estén
al mismo nivel, participando todas en el gobierno de la misma forma. Otra forma
de democracia, es aquella donde las magistraturas se dividen de acuerdo con los
censos tributarios; donde todos los ciudadanos gobiernan pero siempre bajo la
preeminencia de la ley, o al revés donde la ley esta por encima de los ciudadanos,
generalmente por obra de los demagogos. Pero en todo caso, para que el gobierno
e considere efectivamente democrático, la ley debe de ser en t odo suprema y los
magistrados podrán decidir sólo en los casos particulares.Dentro de las oligarquías,
hay una en la que la clase más pobre no tiene acceso por su elevada calificación
tributaria, otra donde las magistraturas se llenan por elección de los grandes
propietarios, también hay una forma en la que los hijos suceden a los padres en
las funciones gubernamentales, recibiendo en nombre de dinastía y es la que corresponde
entre todas las formas de oligarquía, a la tiranía entre éstas. Aunque en estas
formas la constitución no sea legalmente democrática, lo es realmente por el carácter
democrático del pueblo y de los hábitos, pero por costumbre puede inclinarse hacia
una forma aristocrática, principalmente luego de un cambio de constitucional.
Cuando no se permite a todos el acceso a las magistraturas, se forman los sistemas
oligárquicos, lo que hace imposible tener tiempo libre para la función política,
si es que no hay otras fuentes de ingreso, esto es una forma de democracia; otra
es la que se funda en las diferencias de nacimiento, en la cual todos pueden participar
del gobierno; la tercer forma es aquella en la cual todos los hombres tienen acceso
a la participación política; la cuarta y última forma de democracia es la que
se forma por la abundancia de población como causa del crecimiento de las ciudades,
en la cual todos participan del gobierno. También hay diversas formas de oligarquías,
la primera es aquella donde la mayoría de los ciudadanos tienen propiedades, pero
no en cantidad excesiva; la segundo forma se da cuando los propietarios son menos
que en el caso anterior pero poseen mas territorios, porque siendo más fuertes
reclaman más participación en el gobierno; la tercera etapa es cuando retienen
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