ACUARIO

ACUARIOS PARA ANÉLIDOS

Los anélidos pueden vivir perfectamente en acuarios habitados por ellos solos; pero en compañía de los equinodermos, entran en lucha encarnizada destruyéndose mutuamente.

Los acuarios habitados por anélidos ofrecen curiosos casos de estudio para el naturalista y de agradabilísima distracción para los meros aficionados.

Son de ver en ellos las sérpulas, con su cuerpo en tubos calizos por cuyos extremos asoman y despliegan sus vistosas branquias en forma de abanico de vivos colores; animales que, aunque carecen de ojos, son muy sensibles a la luz, por lo que ocupan los sitios más oscuros y retirados del acuario; el leucodoro audaz, de 10 o 12 milímetros de longitud; la pectinaria europea; la terebela canchilega y otros varios entre los cautivos en sus tubos; y entre los errantes, el ratón marino (Aphrodita aculeata), que es uno de los mayores anélidos; el afrodita erizo (Aphrodita sechinus), con la cabeza, costados y vientre cubiertos de haces de fibrillas sedosas de vivísimos colores de reflejos metálicos; el filodice laminar (Phyllodice laminosa), que llega a tener 60 centímetros de largo; el Nerix falaz, con cuerpo de 93 anillos, etc., etc.