ACUARIO
ANIMALES DEL ACUARIO DE DULCE DE SALÓN
En la elección de las especies animales que han de poblar estos útiles y vistosos depósitos, hay que tener también un gran cuidado; deben escogerse especies cuyo tamaño esté en relación con las dimensiones del acuario y preferir siempre las de alimentación herbácea a las de alimentación animal, pues si éstas dominan, destruirían completamente las primeras.
Pueden contarse como individuos de un acuario: las hidras, notables por su facultad regeneradora; entre los moluscos, las ampularias, que viven en los pozos de agua dulce; la linnea de los estanques, la paludina de fajas, la anfila lacustre, que se fija sobre las plantas acuáticas y las piedras de los fondos; teniendo cuidado de proscribir algunos otros moluscos como los planorbis que devoran toda clase de plantas y serían costosos habitantes del acuario.
Entre los peces debe darse la preferencia a los peces de colores o carpas doradas de la China, a la carpa reina que abunda en el Danubio y en algunos ríos de Italia; a los leuciscos, abundantes en todos los ríos de Europa, al coto de río que se alimenta de insectos y de larvas.
Los anfibios exigen, por lo general, acuario aparte, abundante en grutas plantadas de musgos, líquenes y licopodios y cubiertos con tela metálica de mallas anchas, o con una red de tela fina.
Como estos animales son carnívoros, es necesario echarles lombrices, moscas, hormigas y algunos despojos de otros animales y también pequeños trocitos de carne dentro de una vasija con agua, para atraer los insectos hacia aquellos sitios, de modo que puedan cazarlos los habitantes del acuario.
Pueden alternar con los anfibios el hidrofiro pisceo, gran coleóptero de alimentación vegetal, y alguna pareja de arañas acuáticas, y deben proscribirse los ditiscos, por ser muy voraces.