ACTITUD
LAS ACTITUDES Y LAS DESVIACIONES DEL RAQUIS
La fijeza de la extremidad cefálica en una posición inclinada hacia adelante, hacia atrás o lateral, la inclinación permanente de la parte superior media o inferior del raquis en un sentido cualquiera, determinan consecuencias análogas para las vértebras situadas por debajo y por encima de la deformidad; y todas estas actitudes sintomáticas presentan tal constancia y persistencia, que se las podría creer vicios de conformación, si no fuera fácil volver las partes a su posición normal, y si al mismo tiempo no pudiera comprobarse la existencia de la deformidad permanente que ocasiona su desviación momentánea.
Hemos visto que la oblicuidad de la pelvis en la estación determina la inflexión lateral del raquis; toda deformidad que acorta o alarga uno de los miembros inferiores, tiende a producir este efecto, bajando o alzando el lado correspondiente de la pelvis y haciendo inclinar el tronco a la derecha o a la izquierda.
El equilibrio puede restablecerse de dos maneras diferentes: volviendo la pelvis a su posición normal, mediante la semiflexión de las coyunturas del miembro más largo o por la extensión del más corto, bien por el movimiento del raquis que devuelve al tronco su verticalidad. En la posición sentada y en decúbito, estas diversas actitudes desaparecen.
Otras veces la inclinación lateral de la pelvis depende de la viciosa conformación del tronco, como se observa en ciertas desviaciones laterales del raquis por virtud de las cuales la parte superior del tronco quedaría fuera de la base de sustentación si el lado correspondiente de la pelvis no se elevase durante la estación dirigiendo el peso del cuerpo en sentido opuesto, restableciendo el equilibrio.
En las inclinaciones antero-posteriores de la pelvis se producen con relación al raquis los mismos efectos que en los casos de inclinación lateral.
En la luxación congénita de los fémures, el descenso anterior de la pelvis dependiente de la situación muy posterior de las columnas de sustentación, exige para mantener el equilibrio, una fuerte extensión de los lomos, que forman con el sacro, elevado hacia atrás, la concavidad exagerada que se denomina ensilladura lumbar, que exagera afín más la prominencia de las nalgas; esta actitud temporal, propia de la estación, no puede confundirse con una deformación permanente. En los casos de corvadura raquítica de los fémures se produce una actitud semejante.