ACEITE
EXTRACCIÓN DE ACEITES VEGETALES
El procedimiento general para extraer el aceite de semillas oleaginosas, o de otras materias vegetales que lo contengan, consiste en general en reducir a pasta estas materias y someterlas después, en ciertas condiciones, a una enérgica presión.
Para los aceites que se destinan a la perfumería, a la farmacia, o a la pintura, que se preparan siempre en escala relativamente pequeña, como son los de almendras dulces, de nueces, de avellanas, etc., se procede primero a la limpia de la primera materia, después a la trituración en molinos de nuez helizoidal o entre dos cilindros acanalados, y por ultimo la pasta resultante se somete a una presión en frío, en una pequeña prensa de mano.
Pero para los aceites que tienen gran consumo por sus aplicaciones, como son el de algodón, colza, cacahuete, etc., hay que proceder industrialmente, montándose para ello fábricas especiales. En estas fábricas se limpia el grano, se tritura entre dos cilindros acanalados y concluye de reducirse a pasta en un molino formado de dos muelas, verticales, cilíndricas, de hierro o piedra, que giran sobre uña muela horizontal. Después se somete la pasta a una temperatura de 50°, 55° y 60°, a fuego directo en una vasija de hierro de mucha superficie, en la cual se remueve la harina o pasta, hasta que exprimiendo una porción entre los dedos, deje escurrir fácilmente el aceite. También puede hacerse esta calefacción, y es aún mejor medio, empleando el vapor en calderas de dobles paredes en las cuales se puede regular mejor la temperatura. Caldeada la harina se la coloca en sacos de crin o de pelo de cabra, que se apilan en el plato de una prensa hidráulica o de husillo, y ejerciendo la presión muy gradualmente, sale fácilmente el aceita que se recoge en un depósito inferior. Este aceite de primera presión es el de mejor calidad.
Las tortas de orujo que quedan en los sacos se desmenuzan por medio de muelas o cilindros y se lleva otra vez el polvo resultante a los aparatos calentadores, se tiene en ellos pocos minutos, agitando siempre la masa en el entretanto. Últimamente se pasan a la prensa, donde se someten a la presión más enérgica que sea posible. El aceite de esta segunda presión es más impuro y tiene más color que el de la primera. Después de la última presión, se recogen las tortas de orujo resultantes y recortan y vuelven a remoler y a sujetarlas a una presión nueva.
Estos aceites recién extraídos en la forma dicha, contienen materias mucilaginosas y albuminosas y otras sustancias extrañas, por lo cual se presentan turbios y con color pronunciado, de modo que en tal forma sólo son aplicables a la fabricación de jabones, pero no para la maquinaria, ni para el alumbrado, ni menos para comestibles. Es preciso, pues, someterlos a una clarificación o refinación antes de expenderlos al comercio. El aceite de cacahuete y el de algodón se clarifican simplemente por medio de un reposo prolongado, en depósitos provistos de llaves laterales colocadas a diferentes alturas para ir sacando el aceite conforme se vaya aclarando; después, si se le quiere obtener lampante, se filtra por algodón en filtros semejantes a los empleados para el aceite de olivas. Los demás aceites vegetales y las clases inferiores del de algodón se clarifican por medios químicos, para lo cual se los agita dentro de cajas forradas de plomo con 1 a 3 por 100 de ácido sulfúrico concentrado. A los veinticinco minutos de agitación, se deja descansar la masa durante un cuarto de hora, para volver a agitar segunda vez, y después se vuelve a dejar en reposo. A las veinticuatro horas de reposo se depositan unos conos negros, quedando el aceite limpio y transparente. Se lava entonces con agua a la temperatura de 20°, para separar del aceite el exceso de ácido y algunas otras materias que aún pudiera contener y por, un nuevo reposo y trasiego se elimina fácilmente la capa acuosa.