ACCIÓN

ACCIÓN EN EL SISTEMA DE PROCEDIMIENTO EXTRAORDINARIO

Las fórmulas llegaron a ser complicadísimas y muchas extravagantes y embarazosas: sentíase la necesidad de simplificar el sistema y de garantir el derecho. Ya no parecía racional que la acción fuese una concesión caprichosa del Magistrado y se pensó en declararla un derecho consignado en la ley a la cual habían de ajustarse lo mismo el juzgador que el litigante.

Durante el tiempo que rigió el sistema formulario el Magistrado resolvía por sí mismo algunos negocios, extra ordinem cognoscebal. Tal sucedía cuando se trataba de la restitución fa integrum, de la missio in posessionem bonorum y de los fideicomisos. Así nació y se fue generalizando a toda clase de negocios el llamado procedimiento extraordinario, cognitiones extraordinariae.

El año 294 de Jesucristo, se dictó una constitución imperial (Diocleciano) estableciendo en forma legislativa el nuevo sistema, poco a poco introducido por la costumbre. Se dispuso a los gobernadores que entendiesen por si mismos en los negocios que se sometieran a su autoridad, a no ser que las tareas de sus cargos se lo impidiesen. La reforma que al principio se refería sólo a las provincias, pronto se hizo extensiva a Roma: desaparecieron las fórmulas y todos los juicios fueron extraordinarios.