ABONO
ABONOS NATURALES MINERALES
En este grupo pueden incluirse la fosforita, coprolitos y huesos fósiles cuando no se hace más que pulverizarlos y emplearlos directamente; los nitratos de sosa del Perú y nitrato de potasa procedente de las nitrerías naturales; las sales de Stassfurt; el yeso, las margas, las cenizas negras del sulfuro de hierro, las cenizas de los vegetales y de turba, y de hulla; el hollín, el cloruro de sodio o sal común, etc.
Fosforita, coprolitos, huesos fósiles: La fosforita, cuya composición, yacimientos y propiedades quedan expuestos al hablar de las primeras materias que suministran los elementos necesarios para los abonos, puede utilizarse directamente, y lo mismo los coprolitos y huesos fósiles. Para ello hay que empezar por reducir estas materias a polvo fino, por medio de aparatos de gran potencia, pues ofrecen bastante resistencia a la división, y tamizar y clasificar después el polvo obtenido que debe ser lo más fino posible.
Obtenida esta materia pulverulenta, puede emplearse de tres modos distintos:
1° repartiéndola directamente en el terreno antes de la siembra;
2° estratificándola con el estiércol para facilitar su asimilación, y
3° trasformándola en fosfato ácido soluble, en cuyo caso recibe el nombre de superfosfato, que debe considerarse como un abono industrial y del cual se trata en lugar oportuno.
En cuanto a los dos primeros sistemas, sólo tenemos que añadir que el segundo debe practicarse preferentemente, pues, durante la fermentación del estiércol, se forman diversos ácidos orgánicos y carbonato amónico, cuerpos todos que ejercen sobre el fosfato de cal una acción disolvente marcada, preparándolo para su pronta asimilación. El polvo de fosforita, coprolitos y huesos fósiles debe emplearse a la dosis de 300 a 400 kilogramos por año y hectárea.
El nitrato de sosa puede emplearse directamente en los terrenos pobres en nitrógeno, y su precio suele ser por lo general muy elevado, por lo cual se economiza bastante su empleo, qua se encuentra más bien reducido a formar parte en la confección de los abonos industriales. El nitrato de potasa o salitre tiene más importancia en Europa, tanto porque el labrador lo encuentra más fácilmente, como porque suministra a la vez nitrógeno y potasa. Entra también en la confección de los abonos industriales, lo mismo que las sales de Stassfurt, de las cuales se ha tratado detenidamente al hablar de las primeras materias.