ABAD
ABADES EN CONCILIOS ESPAÑOLES
Desde el Concilio VIII Toledano entran a firmar en pos de los obispos los Abades, y aun antes que los vicarios de los obispos y condes palatinos. Firman once abades sin decir de dónde y con ellos el arcipreste y el primicerio de Toledo. Entre los vicarios o delegados firma además el abad de Dume, Osdulgo, a nombre de su obispo Ricimiro. Este Concilio VIII tiene ya un gran sabor político.
En el IX, de escasa concurrencia, todavía de más sabor político y de temporalidades de la iglesia, firman ocho abades, y quizá sólo seis, pues los dos últimos son el arcipreste y primicerio de Toledo, según algunos códices. En el XII firman sólo cuatro.
En el XIII, en tiempo de Ervigio suscriben nueve como abades, y además otros doce como vicarios de los obispos de Narbona, Zaragoza, Elna, Carcasona, Ampurias, Gerona, Auca, Eliberis, Calahorra, Huesca, Astorga y Valeria. Este Concilio tiene un gran sabor político y después de los veintitres abades firman veintiseis palatinos. En el XIV, cinco abades y seis como vicarios de obispos.
En el XV, ocho abades mezclados con los oficiales palatinos y dos como vicarios de obispos. Todavía en el XVI firman cinco abades, el año de 693, que ya era de completa decadencia.
Solamente en el Concilio XI Toledano expresan cinco abades los títulos de sus monasterios y son los de San Miguel, Santa Leocadia, San Colme y San Damián, Santa Cruz y Santa Eulalia, que todos parecen toledanos, y luego firma Gudila el arcediano de Toledo.
En los Concilios de la época llamada mozárabe asisten también los Abades a los de León (1020), Coyanza (1050) y Jaca (1060). En el original de éste, que se conserva en la catedral de Huesca, los obispos usan báculo y mitra, pero los abades sólo un bastón de muleta y sin mitra.