LETRA A
LA A, SIGNO GRAMATICAL DE RELACIÓN DE ABLATIVO
De la A como signo de ablativo:
Si se tiene en cuenta que los ablativos españoles, por modificar siempre el significado de los verbos, son verdaderos adverbios, o, más bien, verdaderas expresiones adverbiales, se verá claro que no existe la dificultad inmensa que suponen generalmente los gramáticos para llegar a una fácil clasificación. Si, por su significado, se dividen los adverbios en adverbios de lugar, de tiempo, de modo, de cantidad, etc., bien cabrá hacer lo mismo con respecto a los ablativos, y entonces se echará de ver que la A es signo de las múltiples relaciones de lugar o espacio, de tiempo, de modo, de número y cantidad, de orden, de semejanza, de fin, etc. Examinemos ejemplos de la A como signo de estas relaciones.
Indicando LUGAR (espacio, situación, distancia, movimiento y dirección):
A la mesa, A la puerta, A la ventana, Al balcón, A la sombra, Al Oriente, A Mediodía, A babor, A estribor, A la derecha, A su lado, A mi presencia, A trasmano, Al frente, A la cabeza, A la vista del puerto, de calle A calle, de Madrid A Barcelona, de silla A silla, con el agua Al cuello, con el río A la cintura, con la cruz Al pecho, perdió Al juego, perdió A los dados, ganó Al monte, ganó A la ruleta, vive A la esquina, vamos A comer, se marchó A Filipinas, se fue A él, se volvió A la pared, tirarle A la cabeza, le puso la cadena Al cuello, le siguió Al destierro, le acompañé A paseo.
Indicando TIEMPO:
A mediodía, A la tarde, A las dos, A la sazón, A buena hora, A tiempo, Al principio, Al fin, A su llegada, A mi regreso, A su advenimiento al trono, A ocho días vista, A la cosecha pagaré, de once A doce, de un día A otro, de aquí A San Juan, A la Sanmiguelada, A menudo.
Indicando MODO (o instrumento):
A la inglesa, A la vizcaína, A la moda, A compás, A nivel, A plomo, A caballo, A cuatro pies, A gatas, A la coz cojita, A pecho descubierto, Al paso, A paso regular, A paso redoblado, Al paso gimnástico, A paso ligero, A paso de tortuga, A nado, A pulso, A mano, A maquina, Al vapor, A pluma, Al pastel, Al aguafuerte, Al humo, A brazo partido, A todo correr, A más no poder, A escape, A rienda suelta, A hurtadillas, A ojos vistas, A ojos cerrados, A ciegas, A oscuras, A tientas, A sabiondas, A tontas y locas, A la fuerza, A jornal, A destajo, A duras penas, A manos llenas, A porfía, A competencia, A manera de, A bulto, A ojo de buen cubero, A regañadientes, A su gusto, A condición, Al revés, Al contrario, A lo soldado, A lo militar, A degüello, A sangre y fuego, quien A hierro mata A hierro muere, jugar A las cartas, Al billar, paso A paso, gota A gota, hilo A hilo, ochavo A ochavo, cara A cara, frente A frente, mano A mano, pasar A cuchillo, A golpes, A gritos, A palos, A coces, A bocados, lo mató A pesadumbres, real de A cuatro, real de A ocho.
Indicando CANTIDAD (distribución, conexión y diferencia):
A lo más, A lo menos, el gasto sube A mil pesetas, el ejército ascendía A diez mil hombres, A perdiz por barba, Al dos por ciento, dos A dos, A veinte reales, A proporción, Al compás de, A trueque de, A cambio de, A pelo, A propósito de, va mucho de Juan A Pedro, va mucho de pedir A dar, del dicho Al hecho hay mucho trecho, de negro A blanco, de reír A llorar, de pagar A cobrar, A contrapelo.
Indicando CONFORMIDAD CON algo y seguridad de una cosa:
A ley de Castilla, A fuero de Aragón, A fe de caballero, A mi juicio, A mi parecer, A mi entender, A su arbitrio, A su voluntad, A buen seguro.
Indicando INTENCIÓN (fin o motivo):
A posta, Adrede, A propósito, A su ruego, A su instancia, A beneficio del público, Al grito de la patria, A la voz del deber, A impulsos de la ira, A causa de su pobreza, A causa del frío, despertó A sus voces, rendido A la fatiga, A lo que vas a tardar me sobra tiempo; tiró A darme, me tiró Al degüello, diputado A Córtes.
Vemos, pues, que la A, como preposición, es signo de casi todas las relaciones propias del ablativo; pero de ello no se debe deducir que ese signo sea aplicable ad libitum a todos los casos semejantes. Se dice Al lado de una persona, y no cabe decir A su detrás o A su delante: se dice vela A la noche, y no ven Al domingo; A plomo, y no A vertical; A mi juicio, y no A mi dictamen, etc. A veces causan extrañeza las restricciones: se dice: A Levante, A Poniente, A Oeste, A Mediodía; y no A Este ni A Sur, ni mucho menos A Norte. Se dice: vino A caballo, y no vino A burro; llegó A gatas, y no A puntillas, etc. El uso así lo quiere, y contra él no hay apelación: por eso es tan difícil siempre emplear con propiedad las preposiciones de ablativo; pues sólo puede servir de guía la acertada interpretación de los clásicos y el estudio de la práctica actual de nuestros más correctos oradores y poetas. La A, efectivamente expresa todas las relaciones del ablativo; pero sólo en aquellas frases que el uso ha querido sancionar y mantener. Y he aquí por qué no son hoy admisibles expresiones de que la A formaba castizamente parte en otros tiempos. “Habiendo alguno A facer demanda en juicios” (Ley II, título II, part 3°). “Si alguno ficiere cosa que sea contra la persona del rey o A perdimiento de su reyno” (Fuero real, III, IV, 4.). “Y si no lo hiciere, que sea punido de pena de falsario; y el portero A pena de privación” (Fueros de Aragón, fol. 169, ed. de 1624), etc.